UNA COMPARSA POR LOS PROLETARIOS DEL MUNDO



Cuando una comunidad de personas jóvenes y maduras que alientan entre la niñez sentimientos de solidaridad comunitaria y despiertan sus conciencias al conocimiento de las profundas desigualdades e injusticias que campean por el mundo, es innegable su impacto al menos en el limitado marco social que las contiene. Cuando esta comunidad tiene un propósito claro, no deja de actuar de múltiples maneras para concretar estos esfuerzos. Así, aún con enormes limitaciones de recursos económicos y de espacios físicos; no pocas veces en medio de la amarga incertidumbre sobre su propia seguridad ante la soterrada intolerancia y prosaico egoísmo de ciertos sectores y personas que con aguda miopía defienden mezquinos intereses, ellos, valientemente, actúan.

Así, a través de sencillas acciones puede verse reflejado el más caro sueño de los hombres por una sociedad en la que la utopía del respeto por la dignidad ajena, en todas sus manifestaciones, pueda ser una realidad.

Para este primero de Mayo, los Hijos del Sur, activos y consecuentes con este ideal, armaron una singular comparsa en la que se criticaba, muy lúdicamente, la infame voracidad el sector financiero y su enorme responsabilidad social en la actual crisis económica que afecta al mundo. Así, por espacio de casi tres horas, un grupo de amigos y simpatizantes marcharon por la principal vía de la localidad invitando a los variopintos espectadores a reflexionar sobre el papel que la banca cumple dentro del proceso de explotación del pueblo colombiano. Lo más relevante de esta simpática marcha fue la participación feliz y comprometida de los niños y niñas de la comunidad que se sienten identificados con las funestas consecuencias de esta problemática.

Es grato saber que la conciencia no tiene edad ni grado de inteligencia. Con estos chiquillos de cuerpo pero gigantes de espíritu, crece viva la esperanza por alcanzar, un no lejano día, la realidad de un mundo mejor, en el que todos los seres humanos podamos sentirnos como hermanos y compartir un destino común.

Ese día se concluyó la marcha en un espacio colectivo, frente a la Biblioteca de La Marichuela, interactuando con otros grupos de la localidad que comparten el mismo afán y los mismos sueños, en una maravillosa jornada de genuina alegría y expresiones culturales variadas. La gente de la comunidad que asistió al evento disfrutó de una muestra del talento juvenil residente en la localidad. Allí se apreció como la niñez y la juventud son capaces de aportar desde las prácticas culturales, alternativas de integración, ocupación positiva del tiempo libre y una manifestación de resistencia a la indiferencia y a la cotidiana violencia que tratan de imponerse para acallar las conciencias y marchitar los sueños.

Desde nuestra perspectiva es claro que la cultura y sus múltiples expresiones lúdicas, constituye un excelente medio para generar conciencia y hacer denuncia de la injusticia, sin necesidad de recurrir a esos extremismos que tan solo han contribuido a incrementar el odio y el ánimo de revancha que parecen anidar solo en el alma de los incapaces de superar el resentimiento, para elevarse inteligentemente por sobre la barbarie, y vislumbrar otras maneras de hacer las cosas, sin tener que usar la violencia y la negación.


Bogotá, Mayo de 2009- Carlos A. M.